Tus
senos son los primeros en dar señales físicas de los cambios por venir. Desde
el inicio de tu embarazo notas que en tus areolas (círculos oscuros que rodean
al pezón) aparecen pequeñas erupciones, se ven como espinillas o bolitas que no
solían estar allí. Tus senos también se vuelven más sensibles y poco después
empiezan a agrandarse y a oscurecerse las areolas.
Leve
sangrado
Puedes tener un muy leve sangrado
vaginal entre siete y diez días después de la posible fecundación, es decir, de
cuando tuviste relaciones sexuales (que causan tus sospechas de embarazo). A
diferencia del sangrado que puedes tener al inicio de tu período menstrual, en
este caso se trata de unas cuantas gotitas de color rosado o café claro que
desaparecen en uno o dos días. El sangrado se da por la implantación del óvulo
fecundado en tu útero y no debes preocuparte. Otros sangrados vaginales durante
el embarazo sí son causa de alarma.
¿Cómo
te sientes?
Los síntomas del embarazo, en las
primeras semanas, pueden sentirse como un leve malestar. No necesariamente te
sientes enferma, pero sí te sientes diferente, como en el inicio de un resfriado
o después de un día agotador. Los responsables de este estado general son otros
ajustes en tu cuerpo durante el embarazo, como aumento de tu temperatura basal (la
temperatura de tu cuerpo descansado, como cuando te despiertas en la mañana),
el aumento en tu ritmo cardíaco y baja presión arterial.
Sentido
del olfato sensible
Puedes estar embarazada si de repente
notas olores que antes pasaban desapercibidos, o si aromas a las que estabas
acostumbrada te causan repulsión. Otros sentidos experimentan cambios
similares, excepto la visión, que más bien puede empeorar en el embarazo.
Aumento
en tu temperatura basal
Tu temperatura basal (al despertarte)
ronda los 36 grados centígrados. Cerca del momento de la ovulación puede
aumentar medio grado y mantenerse allí hasta el inicio del próximo ciclo
menstrual. Sin embargo, si se mantiene alta más de 18 días, esto puede ser
señal de un embarazo. Para utilizar este método debes tener como punto de
referencia el control de tu temperatura normal, lo que conoces muy bien si
utilizas el método anticonceptivo de la temperatura basal.
¿De repente estás cansada todo el
tiempo y ninguna siesta ni noche de sueño lo resuelven? Sí, este también puede
ser un síntoma de embarazo (primeros días). Desde la concepción, tu cuerpo se
da a la tarea de iniciar los cambios necesarios para sostener tu embarazo.
Además, las hormonas del embarazo hacen de las suyas, en especial la
progesterona y la hormona gonadotropina coriónica.
Náuseas
o achaques
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