miércoles, 26 de septiembre de 2012

Ser mamá hoy y siempre, ha sido la aventura más maravillosa que puede vivir una mujer... El dar, el sentir y vivir la vida dentro de sí misma hace a la mujer un santuario de vida, un templo de Amor.


Quién les habla es una mamá primeriza, que muy emocionada por la llegada de su primer bebé quiere compartir su feliz experiencia con los lectores; puesto que muchas mujeres que también tendrán la bendición de ser madres muy pronto tienen cierto temores y dudas sobre que es normal y que no, durante el embarazo.

Si bien es cierto soy una madre joven, aun estudio en la universidad y definitivamente no pensé salir embarazada tan pronto Sin embargo, desde el primer día que me enteré que dentro mio se estaba formando una nueva vida, el sentimiento de felicidad fue tan grande que todo en mi dio un vuelco completo. Cuando me enteré de esto y lo comente con las personas más cercanas a mí, muchos me dijeron: "eres muy joven, vas a frustrar tu carrera, que futuro le vas a dar a ese niño,piensa fríamente  no lo tengas". Muchos consejos tontos y ninguna felicitación. Tan triste por que quizás no recibía el apoyo que esperaba, me puse a recordar cosas de mi infancia, y ahí me di cuenta que desde muy pequeña yo había desarrollado un gran Instinto Maternal; pues me gustaba jugar con muñecas y siempre simulaba que eran mis hijas, les ponía pañales de tela, o compraba pañales descartables pequeños para tan diminutos cuerpos y las cambiaba como si fueran bebes de verdad. Esto no quiere decir que siempre busque ser madre, por el contrario yo sabía que era una forma de entrenarme para cuando realmente lo fuese. Y así me llegó la oportunidad de serlo.

Como dije hace un momento no fue fácil que las demás personas lo vean como yo, mucho menos mis padres,  pues toda las ilusiones que ellos tenían para conmigo se vieron destruidos. Pero con la ayuda de Dios ellos lo entendieron y sabían que aunque no era el momento adecuado para ser madre, esto no significaba que mi vida terminaba. Es muy tonto pensar que un hijo te destruye la vida, pues en mi caso el me esta dando todo lo que a mi vida le faltaba: motivación, fuerza y madurez para afrontar las dificultades y salir adelante.

Y bueno pues, después de dar la noticia y pasar lo más difícil, uno quiere saber como esta el nene. Pues yo me enteré de mi embarazo por pruebas de sangre y orina, hasta ese momento no sabía como se estaba desarrollando mi pequeño(a), así que fuimos a mi primera ecografía. En ella salia que tenía 4 semanas de embarazo y solo se alcanzó a ver una pepita en mi útero. Pero a la semana siguiente que fui a hacerme mi segunda ecografía me di con la sorpresa que esa pepita había dado tremenda evolución... se apreciaba claramente un embrión de 5 semanas y con un corazón palpitante, se podía ver que estaba lleno de vida, no pude contener la alegría, así que su papi y yo soltamos algunas lagrimas de emoción (que por cierto no he hablado mucho de el papá de mi bebé, eso será mas adelante). Es así que se confirmó mi embarazo y se me dio un tratamiento.

Al poco tiempo comenzaron las nauseas, los mareos, dolor de cabeza, sueño, perdida de peso. Se imaginaran como estaba, parecía un fantasma. Descansando una tarde, me levanto para ir al baño y descubro en mi ropa interior una mancha grande de sangre, me asuste porque sabía q no era normal, así que corrí al médico, me examinó y me dijo que tenía una amenaza de aborto, me dio un tratamiento con progesterona el cual hizo que disminuyera el sangrado.

Una vez más tranquila decidimos hacer un viaje a Colombia toda mi familia y pues al parecer el viaje me afectó demasiado, pues aun yo no toleraba comer mucho y las nauseas se había acrecentado por el viaje. Me encontraba ya en mis dos meses de embarazo y lo único que deseaba era poder comer. Ya en Colombia volví a sangrar, así que volví a usar el tratamiento con progesterona y esta vez reposo absoluto. Me tuve que regresar a Perú en avión, era la primera vez que me subía a uno, pero era menos riesgoso que viajar por ruta. Una vez ya en Chiclayo, de donde soy, fui nuevamente al doctor para ver como iba mi embarazo, resulta que me encontraron un hematoma retrocorial. Ya se imaginaran el susto y desesperación, que sentía. Con todo mi corazón deseaba que mi primer bebé este bien, pero así surgen pequeñas cosillas que uno piensa que son terribles, pero con explicación del doctor entendí que es normal. Estuve nuevamente con reposo absoluto y con hormonas para que el hematoma pueda reabsorberse. Hasta que a la siguiente semana se reabsorbió completamente por sí solo. Para esto yo ya había entrado a mis tres meses de embarazo, así de rápido se pasó el tiempo. Mi bebé para ese momento ya estaba completamente formadito y se movía como si fuera una ranita saltarina, si bien es cierto aun no puedes sentir las patadas ni nada de esas cosas porque es muy pequeño, tu corazón de madre te dice que se esta moviendo y hasta crees sentirlo.

Bueno ahora estoy más tranquila porque al menos se que lo mas peligroso ya pasó. Sin embargo aun tengo miedo, especialmente cuando me duele el vientre. Algunas veces siento pequeñas punzadas, pero según lo que me explico mi médico es que esto se debe a que el bebé esta creciendo y así mismo también crece el útero y el estiramiento de las fibras musculares, genera ese pequeño dolor. Así que ahora trato de no ser tan hipocondríaca y tratar de estar más tranquila para darle ese ambiente ameno y adecuado para mi bebé.
Actualmente estoy a punto de entrar a mi segundo trimestre de embarazo y de conocer el sexo de mi bebé. Estoy muy emocionada y a la vez con miedo, pero estoy segura que todo saldrá bien.